Esto no es lo que había pensado para hoy en un principio, pero una mala experiencia con una clienta me ha llevado a investigar el tema... y quiero compartir los resultados con vosotros para que a nadie le pase lo mismo.
En cualquier sitio que leáis acerca de plástico mágico encontraréis una frase del mismo tipo "
encoge varias veces su tamaño y se pone más grueso, manteniendo su forma" (de hecho casi todo el mundo dice lo de
encoge 7 veces su tamaño original, y a mí eso no me queda nada claro, no sé de dónde sale, pero bueno, eso ya es otro tema).
Y yo varias veces os he mostrado ejemplos de la reducción del tamaño, como
aquí,
aquí y
aquí, para que vierais el efecto, y cómo efectivamente la forma de la pieza se mantiene. Sin embargo ¿hasta qué punto es esto cierto? ¿es la pieza final una reproducción exacta a escala de la pieza inicial? ¿o se produce algún tipo de deformación? la respuesta a esta pregunta, como siempre, dependerá del tipo y marca de plástico mágico que utilice cada uno (que hay muchas, aunque en todas partes no veamos más que Shrinkles). Yo os puedo hablar al detalle de la marca que siempre utilizo, y la que podéis encontrar en mi tienda: Polyshrink.
Si me llegáis a preguntar hace unos días os habría contestado rotundamente que las piezas no se deforman en absoluto, porque en todas las piezas que había hecho hasta ahora no había notado nada raro.
El problema ha venido cuando Elena, que utiliza para sus piezas formas geométricas perfectas: círculos, cuadrados... me escribió contándome que las figuras hechas con Polyshrink se le deformaban al hornearse. Al principio pensamos que sería por la forma de hornear o por la temperatura... pero como no me gusta dejar cabos sueltos me metí de lleno en el laboratorio, a hacer pruebas de horneado con círculos y cuadrados, y la conclusión fue concluyente:
durante el horneado se producen ligeras deformaciones en las piezas, que son imposibles de notar en la mayoría de piezas, pero son claramente visibles cuando trabajamos con formas geométricas de este tipo. Sin embargo, no todos los colores de plástico reaccionan de la misma manera, así que paso a contaros en detalle mis observaciones:
El plástico que mejor resultado da, lo mires por donde lo mires, es el traslúcido. Tanto el círculo como el cuadrado permanecen prácticamente perfectos, vamos, que nos haría falta casi coger la escuadra y el cartabón para poder detectar los fallos.
Este es el tipo de plástico que yo más utilizo, porque me encanta su textura para trabajar (es más blandito y con un tacto más suave que los otros) y me gusta el efecto final de las piezas. Por eso yo no había notado nunca ningún problema, ni siquiera en las piezas que llevan círculos o triángulos idénticos.
Con el negro la conclusión final podría ser que se abomba un poco. Por eso el círculo se queda perfecto, y sin embargo los lados rectos del cuadrado se han curvado un poco hacia afuera, y las esquinas se han quedado como levantadas.
Así que genial para formas curvas, pero igual no tan genial para líneas rectas.
En cuanto al blanco y al transparente, en ambos he observado el mismo efecto, y es que las figuras se alargan un poco en un sentido, es decir, que el plástico en una direcciones se encoge más que en otras. ¿Véis en las fotos cómo los círculos se han achatado y se les ha puesto un poco forma de melón? y los laterales de los cuadrados se han torcido un poco también. No es nada muy exagerado, pero se nota, y puede afectar a nuestras piezas si no lo tenemos en cuenta.
Yo por ejemplo, para hacer unos pendientes como los de estilo hindú con plástico transparente, he optado por hornear primeros los círculos tal cual, y una vez que veo hacia dónde se han alargado los taladro como mejor convenga para que la sensación final no sea que "están torcidos". Esto dificulta un poco el trabajo, porque taladrar antes de hornear es infinitamente más fácil que hacerlo después, pero es la única forma de esquivar estas deformaciones y que las piezas queden realmente bien.
Así que ya veis ¡este plastiquito tiene sus limitaciones! aunque conocerlas puede ayudar a mitigarlas, por eso me he entretenido en contaros todo esto. Pero como todo en esta vida, al final el hecho de que un material nos guste más o menos va a venir condicionado por el tipo de piezas que hagamos y la forma de trabajar que tengamos, y lo que para alguien puede pasar desapercibido para otro puede ser un mundo ¡no vamos a ser todos iguales!
La pena de esto es que lo he aprendido un poco tarde, pero tengo que quedarme con lo bueno de la experiencia ¡todos los días se aprende algo! y la verdad es que Elena ha sido un cielo, comprensiva hasta el infinito, y amable a más no poder, así que tengo que dar gracias por ello. Y vosotros tenéis que pasar por su
página de facebook, que os van a encantar sus fofuchas y sus pulseras de plástico mágico ^.^
¡Besitos, corazones!
Esto no es lo que había pensado para hoy en un principio, pero una mala experiencia con una clienta me ha llevado a investigar el tema... y quiero compartir los resultados con vosotros para que a nadie le pase lo mismo.
En cualquier sitio que leáis acerca de plástico mágico encontraréis una frase del mismo tipo "
encoge varias veces su tamaño y se pone más grueso, manteniendo su forma" (de hecho casi todo el mundo dice lo de
encoge 7 veces su tamaño original, y a mí eso no me queda nada claro, no sé de dónde sale, pero bueno, eso ya es otro tema).
Y yo varias veces os he mostrado ejemplos de la reducción del tamaño, como
aquí,
aquí y
aquí, para que vierais el efecto, y cómo efectivamente la forma de la pieza se mantiene. Sin embargo ¿hasta qué punto es esto cierto? ¿es la pieza final una reproducción exacta a escala de la pieza inicial? ¿o se produce algún tipo de deformación? la respuesta a esta pregunta, como siempre, dependerá del tipo y marca de plástico mágico que utilice cada uno (que hay muchas, aunque en todas partes no veamos más que Shrinkles). Yo os puedo hablar al detalle de la marca que siempre utilizo, y la que podéis encontrar en mi tienda: Polyshrink.
Si me llegáis a preguntar hace unos días os habría contestado rotundamente que las piezas no se deforman en absoluto, porque en todas las piezas que había hecho hasta ahora no había notado nada raro.
El problema ha venido cuando Elena, que utiliza para sus piezas formas geométricas perfectas: círculos, cuadrados... me escribió contándome que las figuras hechas con Polyshrink se le deformaban al hornearse. Al principio pensamos que sería por la forma de hornear o por la temperatura... pero como no me gusta dejar cabos sueltos me metí de lleno en el laboratorio, a hacer pruebas de horneado con círculos y cuadrados, y la conclusión fue concluyente:
durante el horneado se producen ligeras deformaciones en las piezas, que son imposibles de notar en la mayoría de piezas, pero son claramente visibles cuando trabajamos con formas geométricas de este tipo. Sin embargo, no todos los colores de plástico reaccionan de la misma manera, así que paso a contaros en detalle mis observaciones:
El plástico que mejor resultado da, lo mires por donde lo mires, es el traslúcido. Tanto el círculo como el cuadrado permanecen prácticamente perfectos, vamos, que nos haría falta casi coger la escuadra y el cartabón para poder detectar los fallos.
Este es el tipo de plástico que yo más utilizo, porque me encanta su textura para trabajar (es más blandito y con un tacto más suave que los otros) y me gusta el efecto final de las piezas. Por eso yo no había notado nunca ningún problema, ni siquiera en las piezas que llevan círculos o triángulos idénticos.
Con el negro la conclusión final podría ser que se abomba un poco. Por eso el círculo se queda perfecto, y sin embargo los lados rectos del cuadrado se han curvado un poco hacia afuera, y las esquinas se han quedado como levantadas.
Así que genial para formas curvas, pero igual no tan genial para líneas rectas.
En cuanto al blanco y al transparente, en ambos he observado el mismo efecto, y es que las figuras se alargan un poco en un sentido, es decir, que el plástico en una direcciones se encoge más que en otras. ¿Véis en las fotos cómo los círculos se han achatado y se les ha puesto un poco forma de melón? y los laterales de los cuadrados se han torcido un poco también. No es nada muy exagerado, pero se nota, y puede afectar a nuestras piezas si no lo tenemos en cuenta.
Yo por ejemplo, para hacer unos pendientes como los de estilo hindú con plástico transparente, he optado por hornear primeros los círculos tal cual, y una vez que veo hacia dónde se han alargado los taladro como mejor convenga para que la sensación final no sea que "están torcidos". Esto dificulta un poco el trabajo, porque taladrar antes de hornear es infinitamente más fácil que hacerlo después, pero es la única forma de esquivar estas deformaciones y que las piezas queden realmente bien.
Así que ya veis ¡este plastiquito tiene sus limitaciones! aunque conocerlas puede ayudar a mitigarlas, por eso me he entretenido en contaros todo esto. Pero como todo en esta vida, al final el hecho de que un material nos guste más o menos va a venir condicionado por el tipo de piezas que hagamos y la forma de trabajar que tengamos, y lo que para alguien puede pasar desapercibido para otro puede ser un mundo ¡no vamos a ser todos iguales!
La pena de esto es que lo he aprendido un poco tarde, pero tengo que quedarme con lo bueno de la experiencia ¡todos los días se aprende algo! y la verdad es que Elena ha sido un cielo, comprensiva hasta el infinito, y amable a más no poder, así que tengo que dar gracias por ello. Y vosotros tenéis que pasar por su
página de facebook, que os van a encantar sus fofuchas y sus pulseras de plástico mágico ^.^
¡Besitos, corazones!
Sin palabras, Ana. Tú si que eres un cielo. Sigue con tu magnífico trabajo.
ResponderEliminarPor cierto, ya he entregado mis primeras piezas hechas con tu plástico: pulseras de flores y marcapáginas. Como te dije, puedes estar tranquila de que lo aprovecharé.
Y comentarte un truquito que he descubierto, por si os sirve: a veces hago piezas muy pequeñas para usar de complemento en mis fofus o para adornar cositas y me da una pereza enorme encender el horno. Pues bien, he descubierto que con la plancha del pelo programada a 170 grados las piezas encongen igual de bien al ponerlas sobre una de las placas. Ahi queda eso.
Muchas gracias por el truco Elena, lo probaré seguro ¡y gracias también por todo lo demás!
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