Hoy os voy a presentar mi bufanda preferida ¡y la más calentita!! y lo mejor de todo es que me salió prácticamente de casualidad... o por darme un capricho, según se mire ;)
El caso es que pasé por la puerta de una tienda de lanas de Sol que me encanta (Lanas Alondra, esquina con calle Arenal, por si alguien quiere pasarse, tienen todos los tipos de lanas que se puedan imaginar, y la dependienta, muy maja, te aconseja en lo que necesites), y bueno, vi una madeja de lana en el escaparate que me enamoró al instante... así que entré y la compré sobre la marcha!!
Luego en casa pensé en qué hacer con ella... y se me ocurrió lo más sencillo, y para lo único para lo que no necesitaría ayuda ¡¡una bufanda!! así que cojí las agujas y me puse a recordar las tardes en casa de mi abuela, cuando yo era muy pequeña, y ella se ponía a hacer alguna de sus preciosidades. Siempre cogía una madeja de lana gruesa, fácil de tejer, me montaba 10 o 12 puntos y me hacía las primeras vueltas... luego me lo pasaba para que yo pudiera seguir mientras ella hacía sus labores ¡yo sólo sabía hacer punto del derecho! y de vez en cuando se me escapaba algún punto, con lo que acababa haciendo un "tejido calado" la mar de mono... jajajajaja, qué risa nos pegábamos luego.
Y así, pensando en estas cosas, fue saliendo de mis manos esto...
UTILICÉ:
- 1 madeja de lana muy gruesa. En mi caso utilicé una lana que va cambiando de color a tramos para obtener un tejido multicolor.
- Agujas de tejer del nº15 (podrían haber sido incluso más grandes)
- Cinta de algodón, de un color que combine con la lana
- 3 botones grandes
- Aguja e hilo
Y CON TODO ESO...
- Monté 10 puntos (al ser la lana tan gruesa con 10 puntos tuve suficiente para el ancho de la bufanda) y comencé tejiendo sólo del derecho, 4 o 5 vueltas, así el extremo de la bufanda se ve con una vuelta del derecho y una del revés, alternadas, que queda bonito.
- Luego empecé a alternar, vuelta del derecho, vuelta del revés, para que el tejido se viera todo del derecho y se apreciaran mejor los cambios de color de la lana.
- Tejí hasta donde me llegó la madeja (teniendo cuidado, cuando me quedaba poco, de volver a tejer las últimas vueltas todo el tiempo al derecho, para que los dos extremos de la bufanda me quedaran iguales).
- Cuando terminé, claro está, la bufanda era demasiado corta, pero decidí transformarla en cuello para no tener que ir a buscar otra madeja de lana.
- Le cosí en uno de los extremos una cinta de algodón, para que le diera fuerza al tejido y me sirviera como base en la que poner los botones.
- Puse los 3 botones, que deben ser de un tamaño tal que cualquier punto de la bufanda le sirva de ojal.
- Y aquí tenemos el resultado!! hay infinitas formas de ponérselo, más suelto, más apretado, recto, de lado... ¡sólo hay que cambiar dónde abrochas los botones!!
Y lo mejor es que cualquiera, con unos mínimos (minimísimos) conocimientos de hacer punto, puede hacer algo parecido sin ninguna dificultad ¡ánimo!!
Bufanda/Cuello XXL
Hoy os voy a presentar mi bufanda preferida ¡y la más calentita!! y lo mejor de todo es que me salió prácticamente de casualidad... o por darme un capricho, según se mire ;)
El caso es que pasé por la puerta de una tienda de lanas de Sol que me encanta (Lanas Alondra, esquina con calle Arenal, por si alguien quiere pasarse, tienen todos los tipos de lanas que se puedan imaginar, y la dependienta, muy maja, te aconseja en lo que necesites), y bueno, vi una madeja de lana en el escaparate que me enamoró al instante... así que entré y la compré sobre la marcha!!
Luego en casa pensé en qué hacer con ella... y se me ocurrió lo más sencillo, y para lo único para lo que no necesitaría ayuda ¡¡una bufanda!! así que cojí las agujas y me puse a recordar las tardes en casa de mi abuela, cuando yo era muy pequeña, y ella se ponía a hacer alguna de sus preciosidades. Siempre cogía una madeja de lana gruesa, fácil de tejer, me montaba 10 o 12 puntos y me hacía las primeras vueltas... luego me lo pasaba para que yo pudiera seguir mientras ella hacía sus labores ¡yo sólo sabía hacer punto del derecho! y de vez en cuando se me escapaba algún punto, con lo que acababa haciendo un "tejido calado" la mar de mono... jajajajaja, qué risa nos pegábamos luego.
Y así, pensando en estas cosas, fue saliendo de mis manos esto...
UTILICÉ:
- 1 madeja de lana muy gruesa. En mi caso utilicé una lana que va cambiando de color a tramos para obtener un tejido multicolor.
- Agujas de tejer del nº15 (podrían haber sido incluso más grandes)
- Cinta de algodón, de un color que combine con la lana
- 3 botones grandes
- Aguja e hilo
Y CON TODO ESO...
- Monté 10 puntos (al ser la lana tan gruesa con 10 puntos tuve suficiente para el ancho de la bufanda) y comencé tejiendo sólo del derecho, 4 o 5 vueltas, así el extremo de la bufanda se ve con una vuelta del derecho y una del revés, alternadas, que queda bonito.
- Luego empecé a alternar, vuelta del derecho, vuelta del revés, para que el tejido se viera todo del derecho y se apreciaran mejor los cambios de color de la lana.
- Tejí hasta donde me llegó la madeja (teniendo cuidado, cuando me quedaba poco, de volver a tejer las últimas vueltas todo el tiempo al derecho, para que los dos extremos de la bufanda me quedaran iguales).
- Cuando terminé, claro está, la bufanda era demasiado corta, pero decidí transformarla en cuello para no tener que ir a buscar otra madeja de lana.
- Le cosí en uno de los extremos una cinta de algodón, para que le diera fuerza al tejido y me sirviera como base en la que poner los botones.
- Puse los 3 botones, que deben ser de un tamaño tal que cualquier punto de la bufanda le sirva de ojal.
- Y aquí tenemos el resultado!! hay infinitas formas de ponérselo, más suelto, más apretado, recto, de lado... ¡sólo hay que cambiar dónde abrochas los botones!!
Y lo mejor es que cualquiera, con unos mínimos (minimísimos) conocimientos de hacer punto, puede hacer algo parecido sin ninguna dificultad ¡ánimo!!
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El caso es que pasé por la puerta de una tienda de lanas de Sol que me encanta (Lanas Alondra, esquina con calle Arenal, por si alguien quiere pasarse, tienen todos los tipos de lanas que se puedan imaginar, y la dependienta, muy maja, te aconseja en lo que necesites), y bueno, vi una madeja de lana en el escaparate que me enamoró al instante... así que entré y la compré sobre la marcha!!
Luego en casa pensé en qué hacer con ella... y se me ocurrió lo más sencillo, y para lo único para lo que no necesitaría ayuda ¡¡una bufanda!! así que cojí las agujas y me puse a recordar las tardes en casa de mi abuela, cuando yo era muy pequeña, y ella se ponía a hacer alguna de sus preciosidades. Siempre cogía una madeja de lana gruesa, fácil de tejer, me montaba 10 o 12 puntos y me hacía las primeras vueltas... luego me lo pasaba para que yo pudiera seguir mientras ella hacía sus labores ¡yo sólo sabía hacer punto del derecho! y de vez en cuando se me escapaba algún punto, con lo que acababa haciendo un "tejido calado" la mar de mono... jajajajaja, qué risa nos pegábamos luego.
Y así, pensando en estas cosas, fue saliendo de mis manos esto...
UTILICÉ:
- 1 madeja de lana muy gruesa. En mi caso utilicé una lana que va cambiando de color a tramos para obtener un tejido multicolor.
- Agujas de tejer del nº15 (podrían haber sido incluso más grandes)
- Cinta de algodón, de un color que combine con la lana
- 3 botones grandes
- Aguja e hilo
Y CON TODO ESO...
- Monté 10 puntos (al ser la lana tan gruesa con 10 puntos tuve suficiente para el ancho de la bufanda) y comencé tejiendo sólo del derecho, 4 o 5 vueltas, así el extremo de la bufanda se ve con una vuelta del derecho y una del revés, alternadas, que queda bonito.
- Luego empecé a alternar, vuelta del derecho, vuelta del revés, para que el tejido se viera todo del derecho y se apreciaran mejor los cambios de color de la lana.
- Tejí hasta donde me llegó la madeja (teniendo cuidado, cuando me quedaba poco, de volver a tejer las últimas vueltas todo el tiempo al derecho, para que los dos extremos de la bufanda me quedaran iguales).
- Cuando terminé, claro está, la bufanda era demasiado corta, pero decidí transformarla en cuello para no tener que ir a buscar otra madeja de lana.
- Le cosí en uno de los extremos una cinta de algodón, para que le diera fuerza al tejido y me sirviera como base en la que poner los botones.
- Puse los 3 botones, que deben ser de un tamaño tal que cualquier punto de la bufanda le sirva de ojal.
- Y aquí tenemos el resultado!! hay infinitas formas de ponérselo, más suelto, más apretado, recto, de lado... ¡sólo hay que cambiar dónde abrochas los botones!!
Y lo mejor es que cualquiera, con unos mínimos (minimísimos) conocimientos de hacer punto, puede hacer algo parecido sin ninguna dificultad ¡ánimo!!
Pues fíjate que me suena.... Cuántas has hecho iguales? jeje Es curiosa porque parece imitar una jarapa de la sierra de Almería, a que sí?
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